Defunción

PASO A LA CASA DEL PADRE
 



PASCUA DE SOR Mª CELINA
DE LA PRESENTACIÓN
VEGA CORDERO, OSC

Clarisas Descalza, 18 de julio de 2020
 

Recordamos en este templo  la vida sencilla, orante y fecunda de nuestra querida Hermana Sor Mª Celina de la Presentación del Señor Vega Cordero.

En el hogar de Esteban y Julia tuvieron cuatro hijos: Dolores, Mª Amparo, José y a la pequeña la adoptaron una familia de Montijo.

Ella nació en la Torre de Miguel Sesmero (Badajoz) el 21 de noviembre de 1930, bautizándola  el 14 de diciembre de 1930, donde le pusieron el nombre de María Amparo. 

Desde su niñez ha sido probada con el sufrimiento, pues tuvo que crecer sin el cariño de sus padres, que fallecieron a temprana edad por lo que se vio obligada a crecer en la Residencia de Hernán Cortes de esta ciudad. Fue creciendo fiscalmente y espiritualmente con la Hijas de la Caridad que regían la misma. En esta etapa descubrió en su vida la llamada del Señor, para consagrarla al Él, en la vida monástica contemplativa. 

Amparito cuando tenía 21 años, llamó a las puertas de este monasterio, ingresando el 5 de enero de 1951, vísperas de la Epifanía del Señor. Como no tenía dote, pudo entrar gracias a la beca de cantora, abonada por el Estado Español, y también con el título de lavandera. 

El día 6 de julio de 1951, recibió el Santo Hábito de las Hermanas Pobres de Santa Clara, donde le impusieron el nombre de Sor Mª Celina de la Presentación.  Hizo la Profesión Temporal, el 7 de julio de 1952, y su entrega total a Cristo culminó el día 7 de julio de 1955 con la Profesión Solemne. 

Su preciosa manera de cantar y alabar al Señor, fue admirada por los fieles que venían a nuestra iglesia para escucharla, y pensaban que era un disco. Su amor al canto lo mantuvo hasta los últimos instantes de su vida.

Destacar también el servicio que prestó a todas las comunidades de nuestra federación, donde ayudó enseñando a cantar y vocalizar para embellecer  las celebraciones litúrgicas. 

Una mujer sencilla, simple que disfrutaba en sus turnos de Adoración al Santísimo, y que preparaba con mucho esmero las celebraciones litúrgicas. 

Hermana muy trabajadora, y limpia en las cosas sencillas.  

Estuvo muchos años encargada de la lavandería, donde ella disfrutaba en dan gusto a las hermanas, presentando y planchando con esmero la ropas de las monjas. 

Cuando sentía algún capricho, se le veía su superación y enseguida le pasaba. 

Su amor grande a la Comunidad y a estar en los actos de comunidad, le dieron vida hasta última hora. 

Disfrutaba haciendo obras de caridad, y también no se le oía hablar mal de nadie. 

A ella atribuimos la bienaventuranza de pobre espiritual y material, que la identificaba con el Cristo pobre y crucificado. 

Como hija del Poverello alababa al Creador mientras cuidaba de las plantas y de los animales irracionales,  que lo hacía con sumo cuidado. 

El Señor, la configuró con el sufrimiento durante un largo y penoso tiempo de su vida, donde hace años sufrió varias veces infartos, y la intervención del cateterismo. Cuando ya iba superando esta enfermedad, la medicación le produjo lesión cerebral y un Ictus, paralizó parte de su cuerpo. 

Su descalcificación de huesos, hizo que muchas veces tuviera fracturas de brazos, pies y de la cadera, hasta quedar parapléjica.

Su devoción a la Santísima Virgen María lo demostraba desgranando las cuentas del Rosario, que ofrecía por las necesidades de la Iglesia, y por las intenciones de las monjas. Su invocación continua al Corazón de Jesús, y al patriarca San José. 

Tenía dotes especiales para componer poesías y oraciones que gratificaba a las hermanas el día de sus onomásticas.  

Espíritu de mortificación, que mantuvo con su avanzada edad. 

Su trato sencillo, cariño y atento, se ganó el afecto de las personas que la conocieron. 

Estando ya hace mucho tiempo preavisadas del deterioro físico, nos sorprendió la hermana muerte, en la madrugada del sábado 18 de julio, del presente, a las cuatro y treinta cinco donde una insuficiencia cardiaca, fue la causa de su fallecimiento. 

En estos momentos tan difíciles, damos gracias a Dios, por haber disfrutado de su compañía, de su cariño, pudiendo estado junto a ella en el lecho de su muerte, preparándola con gozo al encuentro del Esposo. Entregó su espíritu a la edad de 89 años de edad y 68 de Vida Religiosa. 

Actualmente nos sentimos arropada por las oraciones de todas las hermanas de la Federación que en estos momentos están unidas espiritualmente a nosotras, y por motivo del Covid 19 no ha podido ser presidencial. Agradecimiento sincero para nuestra Madre Presidenta Federal Sor Mª. Teresa Domínguez Blanco y  dos hermanas de su comunidad de Santa Ana, que nos acompañan. 

Resaltar y agradecer cuanto han aportado en la vida espiritual de Sor Mª Celina, el Muy Iltre. Sr. D. Pedro Losada Domínguez, quien preside esta Santa Misa, y nuestro querido Capellán D. Francio J. Trabadela Gómez. Concelebró el Muy Iltre. Sr. D. Gabriel Cruz Chamizo.

D. Pedro en su homilía resaltó la vida sencilla de nuestra querida hermana de cuerpo presente y la belleza de la muerte con lectura cristiana. Comentó que el cristiano está llamado a creer, afirmar y enseñar que para él la muerte no es muerte, sino inicio de una vida nueva que no termina nunca. 

En los textos que se leen en los funerales hay una palabra que se repite muchísimo: VIDA. Podemos decir que los funerales no son celebración de la muerte sino de la vida.

Verdaderamente la muerte es como un sueño. Así ha sido el fallecimiento de Sor Celina, sin ruido. Como dormida. Cementerio significa dormitorio, donde la dejaremos al final de la Eucaristía. La muerte no es un sueño eterno, despertamos  a la Vida, la vida con mayúscula. Ahí comienza la plenitud de la vida. Por eso, la muerte es algo positivo, conveniente. 

Que Santa Clara, nuestra madre, te introduzca serena y tranquila al convite del banquete nupcial cantando y alabando sin cesar al Cordero divino 

Muchas gracias a todos los que nos acompañaron en la despedida de nuestra hermana. 


 
 

 ¡Descasa en paz!
 
 





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PASCUA DE SOR MARÍA DOLORES
 DE SAN JOSE
DE LA FUENTE LÓPEZ
Clarisas Descalzas,
18 de diciembre de 2016
 
 
 


PEQUEÑA RESEÑA
 

“ENTRA EN EL GOZO DE TU SEÑOR”
 
El día 19 de diciembre de 2016, Sor Mª. Dolores de San José de la Fuente López, Clarisa Descalzas, del Monasterio de Ntra. Sra. de las Mercedes, de Badajoz, ha entregado su vida al Señor, a los 93 años de edad y 72 de Vida Consagrada.
Ella vivió de la Fe, la Esperanza y vivió en el amor de Dios, y a las hermanas. Lo que ahora estará viviendo con los bienaventurados del Reino.
 
Se le impuso el hábito de las Hermanas Pobres de Santa Clara, el día 4 de abril de 1943, donde le impusieron el nombre de Sor Mª. Dolores de San José.
      
         Hizo su Profesión de Votos Temporales, el día 9 de abril de 1944 y quedo consagrada al Señor con la Profesión Solemne, el día 10 de abril de 1947.
  
Por 18 años alternos ejerció el servicio de Abadesa en este monasterio. Asimismo fue muchos años Vicaria y perteneció al gobierno de la Comunidad. También maestra de novicias.
 
Su vida de santidad es la que fue y quedó sembrada en la fraternidad.
 
Un alma mística de una radical entrega al Amado, con experiencia envidiables y admirables donde le hemos podido verla hasta de edad avanzada.
 
Su celo por los sacerdotes, el amor a la Eucaristía, su amor a la Santísima Virgen. Su delirio continuo fue la consagración de San Luis Mª. de Montfort con el rezo del Santo Rosario, que continuamente elevaba su suplica a nuestra Madre del cielo.
 
Delicada en su trato con el Señor, donde continuamente vivía en su presencia. Supo vivir con Santa Clara, nos dice en su bendición: “Que el Señor, este con vosotras, y vosotras estéis siempre y en todas parte con Él”.
 
Ha sido una vida sencilla, donada en humildad, en dulzura, en alegría, y en servicio sencillo. Admirable en la sumisión a la Madre Abadesa, que vivió hasta el momento de entregar su espíritu.

El día 20 de diciembre de 2016, se celebraron en el Monasterio, sus exequias. Presidió el Rvdo. Sr. D. Feliciano Leal Cáceres, Delegado episcopal para la Vida Consagrada y Visitador de Religiosas, concelebraron: el Deán de la S.I.C, el Muy Iltre. Sr. D. Julián García Franganillo, y los siguientes Canónigos Eméritos de la S.I.C. los Muy. Iltres. Sres. D. Cristino Portalo Tena, D. Miguel Ponce Cuellar, D. Pedro Losada Domínguez, D. Francisco Barroso Silva,  D. Pedro Mª. Rodríguez Gallego, D. Teodoro Austin López López, y los Rvdo. Sres. D. Francisco José Trabadela Gómez, Capellán del Monasterio D. Manuel de la Concha Leal, D. Manuel Santos Durán, D. Emilio Rodríguez Benítez, D. Abdón Moreno García, D. Javier Aguas González y D. David Martínez Gutiérrez.

 
Alégrate porque el Señor, está contigo y te llena de gracia, saliendo a tu encuentro y llevándote a su manato santo. Desde ahí, intercede por nosotros.
 
 

 
 
Descanse en la Paz de Jesucristo