QUIENES SOMOS
ORIGEN DEL CONVENTO DE
NTRA. SRA. DE LAS MERCEDES
CLARISAS DESCALZAS
LA ORDEN DE LAS MONJAS DE SANTA CLARA
Nuestro Convento de Santa
Clara de Badajoz, forma parte de la Orden de Santa Clara.
No se conoce con exactitud
la fecha de su fundación, a pesar de que algunos autores apuntan la posibilidad
de que fuera fundado por el Obispo de la Orden Mercedaria Fray Simón de la
Sousa en 1317, alegando para ello el hecho de que existieran hasta el siglo
XVIII, un escudo mercedario en el presbiterio y que aún hoy la titular siga
siendo la “Virgen de la Mercede”. Ya en 1573 el Hospital de San Sebastián, en
la Plaza de Minayo, de esta ciudad de Badajoz.
Consta de una escritura
fechada en febrero de 1558, que Juan Céspe y su mujer Teresa Figueroa, hicieron
unas limosnas a las Beatas Descalzas, que siendo de la Tercera Orden de San
Francisco, tenían vida reglar y conventual en su cas y otras continuas a ella y
que después compraron las misma religiosas a Juan Martin y Ana Jiménez en el
campo denominado de San Francisco y el sitio antes citado.
El 5 de marzo de 1596,
profesaron la Segunda Regla, que les había sido concedida en la Bula “Dillectae
in Chisto” del Papa Sixto V, viniendo a llamarse como se nos denomina Clarisas
Descalzas, o bien “las Descalzas”.
A las doce del día 11 de
junio de 1676, siendo Obispo de esta Diócesis el Excmo. y Rdmo. Sr. D.
Francisco Lara realizaron su traslado a este actual convento , situado en la
calle De Gabriel y la parte de la Iglesia, en la Calle de Menacho ó Plaza de
Ayala s/n., las 22 religiosas, 17 de velo negro, una novicia y cuatro hermanas,
siendo Abadesa de la Comunidad, la Rvda. Madre Sor Inés de San Nicolás.
El Obispo Martin de
Rodezno, restauro: el Claustro, Capilla Mayor y refectorio. Gracias a su apoyo
y prestaciones económicas pudo terminarse estas obras en 1700
Con la revolución de 1868
las monjas se retiran a Santa Ana y el convento, que llegaba hasta la calle
Santo Domingo, será subastado. En 1874 el obispo Fernando Ramírez recuperó la
parte del convento conservada hoy y, junto con el patrono del mismo, el Conde
de la Torre del Fresno, restaurará la iglesia y su torre.
La razones principales que
motivaron esta fundación fueron: una entrega incondicional a Dios mediante la
vida contemplativa –dedicación a Dios, vida de oración, sacrificio aceptado con
el gozo de no poseer nada y rogar por la salvación de todos los hombre-. Ser
signo de una vida futura y eterna.
Esta Fraternidad observa la
Regla de Santa Clara, aprobada por el Papa Inocencio IV, el 9 de agosto de
1253, y se rige por el Decreto Común, y
por la Constituciones Generales de la Orden.
La Comunidad esta formada por 11 Hermanas de Votos Solemnes, 1 Profesa de Votos Temporales y 1 novicia.
Lo primordial en nosotras es la Adoración Diurna, que cada religiosa hace un turno de hora pidiendo por todas las necesidades de la humanidad. Nos dedicamos al bordado y a la costura. Especialmente en ornamento litúrgicos.
Tenemos a disponemos de objetos religiosos y de camisas para sacerdotes.
Como María, vivimos escondida en nuestro Cristo, en nuestro claustro conventual.
Como María, vivimos escondida en nuestro Cristo, en nuestro claustro conventual.
Si tienes inquietud vocacional, puedes ponerte en contacto con nosotras por este medio.
LA IGLESIA
La iglesia tiene dos
portadas, la principal, labrada en cantería, está formada por un arco de medio
punto entre columnas clásicas sobre pódiums rematadas por pináculos y frontón
triangular que contiene el escudo de la Orden. La otra portada es moderna y fue
construida para facilitar el acceso de la “Hermandad del Cristo de la Espina y
de Ntra. Sra. de la Amargura” en su estación penitencial el Martes Santo.
En el presbiterio existe un
retablo moderno de fábrica, con pintura polícroma que imita a mármoles, de
estilo ecléctico. Posee dos cuerpos, tres calles y remate, presidido por una
imagen de la Virgen de la Merced. En el muro del lado del Evangelio existe una
lápida sepulcral de los Condes de la Torre del Fresno, fechada en 1771; y en el
lado de la Epístola una pintura al óleo sobre lienzo de Cristo recogiendo las
vestiduras.
Junto al presbiterio, a
ambos lados, dos retablos con columnas en madera dorada y pintada de la segunda
mitad del siglo XVIII de estilo rococó, decorados con motivos vegetales,
angelotes y rocallas. El del lado del evangelio contiene al Nazareno Cristo de
la Espina y el de la Epístola a la Virgen de la Amargura, que son propiedad de
la Comunidad de Clarisa y lo titulares de la Hermandad. Los dos retablos
rematan con cartelas, en una un Calvario y en la otra un escudo.
La talla del Cristo de la
Espina quizás sea obra de la primera mitad del siglo XVIII y la Virgen de la
Amargura es del escultor Cecilio García, de la primera mitad de nuestro siglo.